En un momento en que la rentabilidad del cultivo de cítricos se ve amenazada por múltiples factores —climáticos, fitosanitarios, económicos y regulatorios—, cada decisión agronómica cuenta. Una de las más decisivas y, a menudo, menos valoradas es la elección de la variedad según las condiciones del entorno. Una mala elección varietal puede convertir un cultivo prometedor en un problema crónico.
Un ejemplo claro es la mancha marrón de los cítricos, una enfermedad causada por Alternaria alternata que afecta a híbridos de mandarina sensibles como Clemenvilla (Nova), Fortune, Minneola o Murcott. En zonas donde las condiciones ambientales son favorables al patógeno —altas humedades, falta de ventilación, lluvias frecuentes en primavera y otoño— el control de esta enfermedad puede resultar muy difícil o incluso inviable, especialmente ante la limitación actual en el uso de fungicidas.
En este post repasamos las claves que relacionan variedad, entorno y riesgo fitosanitario, con la mancha marrón como ejemplo de una mala adaptación varietal.
La mancha marrón está causada por un patotipo tóxico del hongo A. alternata. Este hongo produce una toxina específica (ACT) que afecta a variedades sensibles, principalmente híbridos de mandarina derivados de ‘Dancy’. Los síntomas aparecen tanto en hojas jóvenes como en frutos en desarrollo, y se manifiestan como:
El problema más importante ocasionado por esta enfermedad es la depreciación comercial de los frutos afectados. Aunque puramente estético, puede suponer pérdidas inasumibles para la continuidad de la explotación.
Las variedades más afectadas incluyen:
El desarrollo de la enfermedad depende directamente de las condiciones del entorno. La presencia de inóculo (esporas) en zonas donde ya ha habido brotes es constante durante todo el año, por lo que los verdaderos disparadores son las condiciones climáticas y agronómicas que favorecen la infección:
Variedades como Clemenvilla (Nova) o Fortune, plantadas en zonas con alta humedad relativa, lluvias frecuentes o escasa ventilación, tienen muchas probabilidades de desarrollar brotes graves de mancha marrón, con frutos afectados, defoliaciones y alta necesidad de tratamientos.
Durante años, el control de A. alternata en cítricos se sustentó principalmente en tratamientos químicos, siendo el mancozeb el fungicida más utilizado y eficaz. Actualmente no existen productos autorizados de este fungicida en España. Aunque siguen existiendo productos como el cobre o el piraclostrobin, numerosas fincas han pasado de tener la enfermedad bajo control a enfrentarse a infecciones recurrentes y difíciles de manejar.
A esto se suman otros factores:
En este nuevo contexto, muchas parcelas sensibles, ubicadas en zonas húmedas y poco ventiladas, se han vuelto prácticamente incontrolables, obligando a reconsiderar las estrategias de plantación y manejo.
Elegir qué variedad plantar no puede basarse solo en la demanda de mercado o el calibre de la fruta. En zonas donde la mancha marrón es endémica o zonas donde se dan las condiciones propicias para la infección, la rentabilidad de ciertas variedades sensibles puede verse seriamente comprometida.
Antes de plantar, es imprescindible analizar:
Una variedad rentable en una zona puede ser una mala decisión a pocos kilómetros si las condiciones cambian.
Si estás pensando en plantar o reconvertir tu parcela, asegúrate de hacer un estudio técnico del entorno. La elección varietal es una decisión agronómica clave: una buena elección reduce riesgos y costes a largo plazo. Una mala, puede volverse insostenible.