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Aguado en Cítricos: Un Enemigo Silencioso Bajo Nuestros Pies

nov, 2025 • Written by: Carmen Ibarra Galbis

 

Introducción: 

En la citricultura, el aguado de los frutos causado por Phytophthora citrophthora es una de esas enfermedades que, sin grandes estragos visibles al principio, puede afectar de forma constante la calidad y el valor comercial de la cosecha. Su presencia está ligada a condiciones habituales en muchas zonas productoras (humedad, lluvias y suelos poco drenados), por lo que aprender a reconocerla y gestionarla es parte esencial del trabajo en campo. Comprender cómo actúa este patógeno y qué prácticas ayudan a mantenerlo bajo control es clave para proteger la rentabilidad y asegurar una producción más sana y duradera.

 

1. Comprendiendo al Enemigo: Phytophthora Citrophthora

El aguado o podredumbre parda está provocado por un oomiceto, un organismo similar a los hongos, que sobrevive en el suelo mediante estructuras resistentes llamadas clamidosporas o en restos vegetales infectados.
Cuando las condiciones son favorables, alta humedad y temperaturas templadas, entre 15 y 25 °C, el patógeno se activa. Produce esporangios que liberan zoosporas móviles, capaces de desplazarse en el agua y alcanzar los frutos en contacto con el suelo o expuestos a salpicaduras de lluvia o riego.

Estas zoosporas son las principales unidades de infección. Penetran directamente por la cutícula o por pequeñas heridas, colonizando rápidamente los tejidos del fruto (flavedo y albedo). El resultado: necrosis, descomposición y pérdida de firmeza.
La enfermedad puede manifestarse en cualquier etapa del desarrollo del fruto, pero se intensifica en épocas lluviosas y especialmente en los frutos maduros cercanos a la recolección.



2. Síntomas Visibles: Señales de Alerta en el Huerto

Reconocer los primeros signos del aguado es fundamental para actuar a tiempo:

  • Lesiones húmedas, blandas y hundidas en la zona basal o en el punto de contacto con el suelo.

  • Color pardo oscuro que se expande rápidamente.

  • En ambientes muy húmedos, presencia de micelio blanco algodonoso sobre la lesión.

  • Olor fermentativo y pérdida de firmeza.

  • Caída prematura de los frutos afectados, lo que incrementa la cantidad de inóculo en el suelo.

Estos síntomas, aunque característicos, pueden confundirse con otras pudriciones. Por ello, es esencial observar el contexto: humedad elevada, frutos tocando el suelo y lluvias recientes suelen ser condiciones propicias para su desarrollo.

 



3. Condiciones que Favorecen la Enfermedad

El aguado no aparece de forma aislada; suele ser consecuencia de un conjunto de factores agronómicos:

  • Suelos mal drenados o con encharcamientos que facilitan la movilidad de las zoosporas.

  • Lluvias intensas o riegos por aspersión que provocan salpicaduras desde el suelo hacia los frutos.

  • Frutos en ramas bajas, especialmente en variedades de porte bajo o con faldas cargadas.

  • Alta densidad de plantación y cosechas tardías, que crean microambientes húmedos favorables al patógeno.

  • En poscosecha, una manipulación inadecuada o la falta de tratamientos preventivos permiten que el hongo continúe su desarrollo durante almacenamiento y transporte.

Cada uno de estos factores puede parecer menor por separado, pero en conjunto crean el entorno perfecto para que Phytophthora citrophthora prospere.

 

 


4. Estrategias de Manejo Integrado: Prevenir Antes que Lamentar

Controlar el aguado requiere un enfoque integral. Ninguna práctica aislada basta por sí sola, pero la combinación adecuada puede reducir drásticamente su incidencia.

a) Manejo Cultural

  • Mejorar el drenaje del suelo para evitar el exceso de agua; el uso de cubiertas vegetales ayuda a reducir las salpicaduras.

  • Realizar podas de formación y limpieza que eleven la altura de fructificación y minimicen el contacto de los frutos con el suelo.

  • Evitar heridas durante la cosecha y manipulación que faciliten la entrada del patógeno.

  • Retirar frutos caídos o enfermos, ya que son fuente de inóculo.

b) Manejo del Riego

  • Evitar los riegos por aspersión durante periodos críticos o lluviosos.

  • Ajustar las láminas de riego para mantener una humedad equilibrada sin saturar el suelo.

c) Control Químico

  • Aplicar fungicidas sistémicos o de contacto autorizados, como los basados en fosfonatos, cobre o metalaxil-M, especialmente antes o durante periodos de lluvia.

  • Respetar siempre las dosis y recomendaciones técnicas, y rotar los modos de acción para prevenir resistencias.

Estas prácticas, coordinadas y adaptadas al calendario climático local, son la base de una gestión eficaz y sostenible.


Conclusión

El aguado por Phytophthora citrophthora es un desafío que va más allá del simple control químico: es un problema de manejo integral. La clave está en anticiparse, mantener el equilibrio del suelo y aplicar medidas preventivas en el momento justo.
Cada detalle, desde un buen drenaje hasta la eliminación de frutos enfermos, suma en la lucha contra esta enfermedad que, silenciosamente, puede arruinar una cosecha entera.

¿Está tu finca preparada para enfrentar los periodos de humedad que vienen? Prevenir hoy puede ser la diferencia entre perder frutos o conservar la rentabilidad de toda la campaña.

 

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Carmen Ibarra Galbis