Introducción: 

Las plagas no esperan. En el cultivo de cítricos, como en muchos otros, la presión de nuevas amenazas aumenta, mientras las herramientas eficaces para combatirlas disminuyen. Ante esta situación, las autorizaciones excepcionales de productos fitosanitarios se han convertido en un recurso cada vez más habitual para garantizar la producción. Pero la pregunta es inevitable:

¿Estamos resolviendo un problema urgente o simplemente ganando tiempo ante un modelo que necesita reinventarse?

1. Una Herramienta Necesaria... pero Temporal

Las autorizaciones excepcionales permiten actuar con rapidez cuando surgen plagas para las que no existen alternativas disponibles o cuando los productos habituales dejan de ser eficaces. En la práctica, se convierten en un “parche” que salva la campaña.
Sin embargo, el aumento constante en el número de autorizaciones año tras año refleja una tendencia preocupante: lo que nació como una medida puntual se está transformando en una práctica estructural.

Evolución reciente de las autorizaciones excepcionales en cítricos:

Cada año la lista crece. Esto refleja la urgencia del sector, pero también la falta de alternativas registradas o la lentitud en los procesos de autorización permanente. Las excepciones, por definición, no deberían convertirse en la norma.

2. Entre la Eficacia Inmediata y el Freno a la Innovación

Estas autorizaciones responden a la necesidad de proteger el rendimiento agrícola y evitar pérdidas económicas graves. No obstante, depender continuamente de ellas puede generar efectos secundarios importantes:

• Desincentiva la inversión en innovación. Si los problemas se resuelven mediante excepciones, se reduce la presión para desarrollar productos o estrategias más sostenibles.

• Retrasa la adaptación del sector. Los agricultores se ven forzados a esperar decisiones administrativas, en lugar de contar con un marco estable y previsible.

• Aumenta la vulnerabilidad del sistema. Cada retirada de materias activas autorizadas limita más el catálogo disponible y reduce las opciones de control.

En paralelo, la retirada continuada de materias activas por parte de las autoridades europeas ha dejado vacíos de manejo frente a plagas clave. Estos vacíos obligan a los agricultores a buscar estrategias alternativas, invertir en investigación y adoptar programas de gestión integrada de plagas (GIP) más exigentes

3. Hacia una Estrategia más Sostenible y Colaborativa

La realidad demuestra que las excepciones son útiles, pero no pueden ser el pilar sobre el que se construya el futuro de la citricultura. Los técnicos y profesionales que trabajan sobre el terreno coinciden: es momento de fortalecer la cooperación entre todos los actores del sistema.

Para avanzar hacia un modelo más sólido se necesita:

• Garantizar herramientas seguras y eficaces para los productores.

• Impulsar la investigación de alternativas innovadoras y sostenibles.

• Reducir la dependencia de medidas de emergencia, promoviendo la planificación a largo plazo y el intercambio de conocimiento entre administraciones, industria y centros de investigación.

La planificación, la inversión y la colaboración deben sustituir la lógica del parcheo anual. De lo contrario, el sector seguirá expuesto a un ciclo de incertidumbre que limita su competitividad y sostenibilidad

Conclusión

Como técnica que trabaja cada día en campo, creo firmemente que la agricultura del futuro no puede basarse en decisiones excepcionales, sino en una estrategia clara y sostenida. Cada año esperamos si la administración nos autoriza, o no, las herramientas que necesitamos, y esa incertidumbre nos impide planificar y avanzar.

Las autorizaciones excepcionales son necesarias, sí, pero no pueden ser la respuesta habitual. Si seguimos actuando solo ante la urgencia, corremos el riesgo de estancarnos y perder competitividad.
Necesitamos planificación, inversión en investigación y, sobre todo, colaboración real entre productores, administraciones e industria. Solo así dejaremos de poner parches y empezaremos a construir soluciones duraderas para un campo más sostenible y preparado para el futuro.