Pixat en Cítricos: Síntomas y Recomendaciones
nov, 2025 • Written by: Carmen Ibarra Galbis
Introducción
A veces, un fruto que parece perfecto por fuera puede esconder un problema en su interior. El pixat es un trastorno fisiológico que preocupa cada vez más a citricultores y técnicos en España. Aunque la piel del fruto se vea sana, la pulpa se vuelve blanda, acuosa y sin estructura, lo que provoca importantes pérdidas comerciales, especialmente en variedades sensibles como Clemenules. Entender sus causas y actuar a tiempo es clave para preservar la calidad y rentabilidad de la cosecha.
Qué es el pixat y cómo identificarlo?
El pixat no es una enfermedad ni está causado por un agente infeccioso, sino un trastorno fisiológico interno. Su detección es difícil porque los síntomas más evidentes se esconden bajo una apariencia exterior aparentemente normal.
Síntomas más característicos:
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Pulpa blanda y acuosa. Al abrir el fruto, las vesículas del zumo se deshacen con facilidad.
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Transparencia del tejido interno. Los gajos se vuelven translúcidos.
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Frutos externamente sanos. La corteza no muestra manchas visibles, lo que complica la detección en campo.
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Sabor debilitado o ligeramente fermentado si el proceso avanza.
Este conjunto de síntomas puede variar según la variedad y las condiciones ambientales, pero todos terminan afectando la textura, el sabor y la calidad comercial del fruto. En las centrales de manipulado, el problema se descubre cuando ya es demasiado tarde: los frutos se degradan al poco tiempo de su recolección, generando pérdidas y desconfianza en el mercado.
Factores que favorecen su aparición
El pixat se produce por desequilibrios fisiológicos del fruto durante su desarrollo y maduración. No depende de un patógeno, sino de las condiciones del cultivo y del manejo agronómico.
Principales causas identificadas:
1. Sobremaduración en el árbol.
Los frutos que permanecen en el árbol más allá de su punto óptimo de madurez son más propensos a sufrir pixat.
2. Estrés hídrico.
La alternancia entre periodos de sequía y riegos abundantes provoca un desequilibrio osmótico que altera la estructura interna de la pulpa.
3. Desequilibrio nutricional.
Deficiencias de calcio o excesos de nitrógeno y potasio debilitan la firmeza del tejido y favorecen la desestructuración de las vesículas del zumo.
4. Temperaturas extremas o fluctuaciones térmicas.
Los contrastes térmicos durante el llenado del fruto y la maduración pueden afectar la estabilidad celular.
5. Factores genéticos.
Algunas variedades son naturalmente más sensibles a este trastorno.
En conjunto, estos factores crean un entorno inestable que interrumpe los procesos fisiológicos del fruto, alterando la retención de agua y la integridad de las membranas celulares.
Cómo prevenir y manejar el pixat
Al no tratarse de una enfermedad, no existe un tratamiento curativo. La estrategia más eficaz es la prevención, aplicando buenas prácticas de manejo que mantengan la estabilidad fisiológica del cultivo.
Medidas recomendadas:
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Cosechar a tiempo.
Recolectar los frutos en el punto óptimo de madurez evita la sobremaduración y reduce el riesgo de pixat. -
Riego regular y equilibrado.
Mantener una humedad constante en el suelo previene los cambios bruscos de hidratación. -
Nutrición balanceada.
Asegurar aportes adecuados de calcio y silicio, evitando excesos de nitrógeno y potasio. -
Aplicación correcta de ácido giberélico.
Usar reguladores de crecimiento en el momento y dosis adecuados puede retrasar la senescencia del fruto y reducir la incidencia del trastorno. -
Manipulación cuidadosa.
Aunque el pixat se origina en el árbol, los golpes durante la recolección o el transporte agravan los daños. -
Monitoreo continuo.
Revisar periódicamente la pulpa de frutos representativos ayuda a detectar síntomas iniciales antes de que el problema se generalice.
Estas medidas, combinadas con un manejo integral del riego y la nutrición, pueden reducir de manera significativa la incidencia del pixat en campo.
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Impacto económico y comercial
El pixat afecta directamente la rentabilidad de las explotaciones citrícolas. Los frutos afectados no cumplen con los estándares de calidad exigidos por el mercado, lo que genera:
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Aumento de fruta descartada (destrío) en la manipulación y clasificación.
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Pérdida de valor comercial, incluso en frutos visualmente sanos.
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Costes adicionales por control de calidad y selección.
Además, los consumidores asocian la apariencia externa con la calidad interna, por lo que este tipo de problemas puede afectar la confianza del comprador y la imagen del productor. Una gestión cuidadosa del momento de recolección y de las condiciones de poscosecha resulta esencial para mantener la competitividad.
Conclusión
El pixat es un desafío silencioso para la citricultura, porque se manifiesta cuando ya es tarde para reaccionar. Sin embargo, conocer sus causas y aplicar medidas preventivas permite reducir su incidencia y proteger tanto la calidad como la rentabilidad del cultivo.
En última instancia, la clave está en la observación continua del campo y la toma de decisiones basada en datos agronómicos, un enfoque que refuerza la sostenibilidad y el futuro de la producción citrícola en España.
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